El municipio, a través del Departamento de Bromatología, clausuró una carnicería por cuestiones de salubridad. En el establecimiento, ubicado en Canesa al 300, se comercializaban alimentos en mal estado, malas condiciones higiénicas sanitarias y no cumplían con las normas de salubridad adecuadas. Se procedió al retiro del total de la mercadería decomisada y su posterior desnaturalización con procedimientos químicos.
En este marco, se procedió al decomiso de una bandeja de carne picada, cinco costillares vacunos, dos cuartos bovinos, una bandeja con grasa, una bandeja con cortes de pollo y una bandeja de cortes vacunos varios sumando en total unos 200 kg de mercadería.