
La joven estudiante de Educación Especial fue atropellada en junio por una camioneta cuyo conductor se dio a la fuga cuando iba en bicicleta rumbo a la facultad. Tras fracturas en ambas piernas y un largo proceso de recuperación en el Hospital Interzonal de Mar del Plata, hoy volvió a sonreír y emocionó a toda la ciudad.
La historia de Lucrecia Ríos conmovió a Mar del Plata y a la provincia. A fines de junio, la joven de 21 años se dirigía en bicicleta hacia la facultad donde cursa el profesorado de Educación Especial cuando fue atropellada brutalmente por una camioneta. El conductor huyó del lugar, mientras ella quedaba tendida en el asfalto en grave estado.
Fue trasladada de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) con fracturas en ambas piernas, politraumatismos y heridas que pusieron en riesgo su vida. Durante semanas atravesó cirugías, cuidados intensivos y una rehabilitación exigente, sostenida por su familia y el equipo médico.
Hoy, tres meses después, Lucrecia volvió a caminar. El HIGA compartió en sus redes un video donde se la ve dando pasos con esfuerzo y una sonrisa inmensa. “No lo puedo creer, aunque tres meses fueron eternos. Mi familia nunca dudó de mí, ni los médicos ni la terapia. Todos confiaron en que iba a salir adelante”, expresó la joven, agradecida y emocionada.
Su recuperación se convirtió en un ejemplo de esperanza y lucha. La propia institución médica destacó: “Su vida sigue y pronto su sonrisa iluminará a muchos alumnos”.
Mientras retoma su camino para cumplir el sueño de ser maestra especial, Lucrecia deja un mensaje poderoso a la sociedad: la importancia de respetar la vida en las calles y valorar la fortaleza de quienes nunca se rinden.
Mientras Lucrecia retoma sus pasos hacia el sueño de ser maestra especial, su caso deja una doble enseñanza: la importancia de la atención médica pública y la rehabilitación frente a un siniestro vial, y el recordatorio de que, como señaló su madre, “un vehículo puede convertirse en un arma cuando no se respeta la vida del otro”.


