
El piloto argentino de Alpine sufrió un fuerte choque en la clasificación del Gran Premio de Azerbaiyán y no pudo avanzar a la Q2. Será su undécima participación desde el regreso a la Fórmula 1 y saldrá desde el 16° lugar en la parrilla del domingo.
La Fórmula 1 vive un fin de semana intenso en el Gran Premio de Azerbaiyán, decimoséptima fecha del campeonato mundial, en el desafiante circuito callejero de Bakú. Allí, Franco Colapinto protagonizó una clasificación de contrastes: tras mostrar un buen rendimiento inicial en la Q1, terminó golpeando contra el muro en los segundos finales y quedó sin chances de pasar a la Q2.
El piloto argentino de Alpine, que afrontaba su undécima participación en la categoría desde su regreso, venía bajando tiempos y se ilusionaba con entrar entre los mejores, pero la curva cuatro lo sorprendió. En su último intento de vuelta rápida perdió el control del monoplaza, despistó e impactó contra las defensas, provocando bandera roja y el cierre anticipado de la sesión. Con el accidente, Colapinto terminó 16° en la tabla de tiempos y desde esa posición largará la carrera del domingo, salvo que sea necesario un cambio de componentes que le genere una penalización.
El propio Colapinto explicó lo sucedido y reconoció la influencia del despiste de su compañero Pierre Gasly, ocurrido instantes antes en la misma curva: “No sabía si era bandera amarilla… Frené un poco de más y el auto se me giró. Es una bronca porque venía bajando tres décimas y hubiéramos pasado a Q2 seguro”. También deslizó que el viento pudo haber incidido en la maniobra.
El choque dejó al argentino frustrado, sobre todo porque el circuito urbano de Bakú ya lo había castigado el año pasado, cuando, al volante de un Williams, impactó contra el mismo muro en la FP1. En aquella ocasión, sin embargo, pudo reponerse y finalizar la carrera en la octava posición.
La jornada clasificatoria estuvo marcada por la inestabilidad: múltiples banderas rojas, despistes y hasta un accidente de Charles Leclerc en la Q3 sumaron dramatismo, junto a una leve llovizna que complicó aún más el asfalto. Como suele ocurrir, Bakú volvió a dejar en claro por qué es uno de los trazados más peligrosos y exigentes de la Fórmula 1.


