Su pequeño, hoy de 6 años, quedó con secuelas. Entre ellas están sordera leve, problemas para hablar, dolor y vértigo.
La usuaria de Twitter @Preguntamamá compartió en la red social su arrepentimiento por no haber vacunado a su hijo contra la varicela y relató como esa decisión afectó al pequeño, hoy de de seis años, al que le quedaron secuelas como sordera leve, problemas para hablar, dolor y vértigo.
“Voy con un hilo (personal, mil disculpas) sobre cómo mi decisión de no vacunar a mi hijo en contra de la varicela, nos afectó para siempre”, indicó la mujer quien pensó junto con su marido que la enfermedad eruptiva se trataba de una afección común por la cual no había que preocuparse.
“Así que decidimos no vacunar a nuestros peques contra esta enfermedad en particular. Consultamos con nuestro pediatra y nos confirmó que era una decisión personal. Que de cualquier forma no había mucho riesgo”, relató.
Finalmente, sus hijos contrajeron varicela. Primero su hija mayor, y luego su hijo de dos años y medio “quien se veía mucho más afectado”.
“Una vez que ‘pasó lo peor’, nos sentimos aliviados, fueron días terribles. Poco sabíamos que lo peor estaba por llegar”, dijo la mujer. Dos semanas después de los síntomas más virulentos, la mujer notó que su hijo mientras estaba siendo amamantado “no podía sostener el pecho bien en su boca”.
“Mi pequeño de dos años tenía parálisis facial en la mitad de su rostro. Presa del terror, intenté marcar al pediatra y simplemente no podía sostener el teléfono”, siguió la usuaria, quien confirmó que su niño presentaba el Síndrome De Ramsay Hunt, condición que ocurre cuando el virus de la varicela permanece en los nervios luego de que un paciente haya cursado la patología.
Se manifiesta con una erupción similar a la de la culebrilla, que afecta el nervio facial cercano a uno de los oídos. Además de dolor, puede generar parálisis facial permanente, pérdida de la audición, daño ocular o neuralgia posherpética.
La mujer, oriunda de Venezuela, explicó que en su país la vacuna “es opcional y escasa”, además de ser costosa, por lo que indicó que entonces le hizo caso a su pediatra cuando dijo que “no haría gran diferencia” aplicarse la inmunización.
Por consecuencia, su hijo terminó sufriendo complicaciones del síndrome. “Necesitó medicamentos antivirales del tipo aciclovir, terapia muscular, terapia de lenguaje y mucha teta y mimos para superar este desafío. Pasó por momentos de mucho dolor, le costó muchísimo hablar bien (todavía tiene problemas en esto), tiene sordera leve… También sufre de vértigo, de mareos cuando hacemos actividades sencillas como hamacarnos en el parque, ir de paseo en el auto o cuando camina largas distancias. Tiene un ojito caído porque fue imposible recuperar la movilidad total del párpado”, enumeró.
“Hoy estamos celebrando su cumpleaños número 6. Damos gracias a Dios de tener un hijo perseverante y luchador. Nos arrepentimos siempre de nuestra decisión de no vacunarlo en contra de la varicela y siempre que podamos, lo contaremos a otros padres. Ustedes, cuéntenlo también”, concluyó la mujer.
Fuente:
Ámbito Financiero