La tensión entre los miembros de la Cámara Baja y el presidente Javier Milei alcanza nuevos niveles luego del fracaso de la Ley Ómnibus en el Congreso. Las aguas se agitaron aún más cuando el jefe de Estado lanzó acusaciones de "coimeros" y "traidores" contra los diputados que no respaldaron el proyecto en el recinto.

En respuesta, un grupo de legisladores de la Unión Cívica Radical ha decidido tomar medidas drásticas. Diez diputados radicales, respaldados por el presidente de la bancada, Rodrigo de Loredo, presentaron una denuncia contra el Presidente ante la Cámara en lo Criminal y Correccional Federal.

La denuncia, fundamentada en las duras acusaciones del mandatario, busca investigar la presunta comisión de delitos de cohecho pasivo que involucrarían a legisladores nacionales. "Dado que el Presidente de la Nación ha denunciado públicamente la existencia de sobornos, señalando específicamente a aquellos que han expresado diferencias políticas con su Gobierno, consideramos imperativo investigar estas afirmaciones en respeto a su investidura emanada de la voluntad popular", declararon los diputados radicales en su presentación.

Este nuevo episodio agrega una capa adicional de tensión a un escenario político ya de por sí convulso, alimentando el debate sobre los límites del discurso público y la responsabilidad de los líderes políticos en el manejo de las diferencias ideológicas.